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Basílica de Santa María de la Asunción

La Basílica Menor y Parroquia Mayor de Santa María de la Asunción de Arcos de la Frontera, a escasos metros de Hotel El Convento, es un templo en origen mudéjar de los siglos XIV o XV que tras unas profundas remodelaciones realizadas durante la primera mitad del siglo XVI quedó convertida en una espléndida iglesia gótica; aspecto éste que arquitectónicamente predomina en el interior, no así en el exterior, donde junto con elementos propios del arte ojival (portada de Santa María), conviven otros igualmente relevantes de tipos renacentistas y barrocos (fachada de la nave de la epístola, dominada por su enorme torre).

Diego de Riaño, arquitecto de origen cántabro y una de las figuras cumbres del plateresco español, desarrolla una amplia trayectoria profesional en Andalucía, siendo nombrado Maestro Mayor de la Catedral de Sevilla en el año 1528, y desde 1532 también Maestro Mayor de las iglesias de Arcos. Se sabe que trabaja en esta iglesia de Santa María, de planta de salón y tres naves de igual altura, siguiendo las obras comenzadas hacia 1520 por Alonso Rodriguez y Juan Gil de Hontañón, asimismo maestros mayores sucesivos de la catedral hispalense, de cuyo arzobispado dependía Arcos.

Le sucede en las obras Martín de Gaínza, a quien, en estilo ya renacentista se le atribuye la resolución y rica decoración de las bóvedas del presbiterio, la Capilla Mayor y la Sacristía, ésta última de planta centrada y bóveda rebajada, cuyo esquema deriva de la de la Catedral de Sevilla, que el maestro concluyó a la muerte de Riaño.

También interviene en la construcción de este templo Hernán Ruiz II o El Mozo, máximo exponente de la arquitectura renacentista y manierista en Andalucía y también Maestro Mayor de la catedral sevillana desde 1557, cuya presencia está documentada en Arcos desde el año 1559 y siguientes para vigilar y reconocer las obras, quedándose a vivir en esta ciudad, donde se cree que murió.

En el año 1699 el arquitecto jerezano Diego Moreno Meléndez dirige la construcción de los arbotantes que cruzan de parte a parte el Callejón de las Monjas, y que sostienen desde entonces los muros de la iglesia por este lado, inclinadas por el peso de las bóvedas.

En el siglo XVIII se proyecta su robusta y enorme torre, como un referente a la Giralda, obra del arquitecto y Maestro Mayor de las obras de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla Vicente Catalán Bengoechea. Esta es una torre inacabada, que preveía sobre el actual un segundo cuerpo de campanas, más otro de planta octogonal para el reloj, y otro más similar como remate final. En ella se conjugan elementos renacentistas con otros barrocos, especialmente los balconcillos redondeados bajo las campanas, estatuas, y menudos adornos de piedra alternados con semiesferas cerámicas vidriadas.

Destaca especialmente en esta iglesia su imponente portada situada a los pies, de hacia 1.520, que representa la evolución del final del gótico al renacimiento, y que incluye finos detalles platerescos en sus huecos centrales, que quedan flanqueados entre dos poderosos contrafuertes cilíndricos profusamente decorados por pequeños pináculos góticos.

Interiormente destaca su importante Retablo Mayor, concertado en 1585 por los artistas Juan Bautista Vázquez el Mozo y Jerónimo Hernández, que muere al año, siendo sustituido por su discípulo Andrés de Ocampo, quien realiza la mayor parte entre los años 1594 y 1608.

Esta iglesia de Santa María fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931.